Estos exvotos (los primeros de la serie) me gustan especialmente porque tienen la candidez resultante de dibujar anatomía a sabiendas de que no se domina ni un ápice de esa ciencia. Puesto que el objetivo no es ilustrar un tratado, más bien recrear un fragmento del cuerpo según unos parámetros sencillos bien delimitados (la dualidad de los vasos irrigantes, la multiplicidad de los vasos comunicantes), poseen una entidad nueva sin por ello dejar de producir un efecto inmediato de cierto verismo.
18 dic 2008
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