11 jun 2009

New York, New York; Josephine Meckseper

U.S.A., 2007

Una parte de mí contiene en un apartado recoveco de su tejido encefálico la perversa intención de desayunar alguna vez con diamantes -se lo ví hacer a la protagonista de Gossip Girl en sueños-, desdeñando que se trata de uno de los empeños colectivos más kitsch desde el infortunio de enmarcar una reproducción del beso de Klimt para decorar el salón. No lo haré jamás, igual que desprecié las góndolas en Venecia hasta en tres ocasiones; y ello a pesar de una diminuta quemazón interna.

Y es que tratar de revivir el esplendor de otras hierbas no constituye sino la evidencia de la vulgaridad. Algo que cada vez resulta más difícil reconocer, recamada como está en los oropeles del lujo.

Me interesa como trata Josephine Meckseper el mito de Estados Unidos y ciudades fetiche como Nueva York, en esta y otras obras de igual condición, montajes pseudoescaparatísticos en los que la simple combinatoria elegante de objetos/readymade es capaz de denotar significados y matices de hondura. Es más que frecuente el uso indiscriminado de objetos de la vida cotidiana en las instalaciones de centenares de artistas, y las más de las veces el correlato kitsch se apropia de un trasunto popular del que difícilmente se despoja; la Meckseper, al tiempo que ironiza sobre estos objetos baratos -la bisutería más cutre, el plástico más fino-, plantea el riesgo de la vacuidad de lo chic y a menudo en un entronque social que se ajusta a la perfección.

La primera vez que oí hablar de Meckseper fue a raíz de la estúpida polémica por la que una obra de la susodicha dejaba de exhibirse en un escaparate de Sevilla (con motivo de una de sus bienales) debido a las contrariedades varias que algunos estamentos de peso argüían: Determinados símbolos religiosos de la ciudad se entremezclaban de forma indecorosa con lencería procaz y otra chavacanería al uso. Después de eso me la he tropezado un par de ocasiones más, y la he disfrutado.

¿No es fácil detenerse en la metáfora lenta, sostenida y volátil?



Fotografía de Pedro Alarcón por cortesía de ARCO-Ifema.



1 comentario:

MBI dijo...

te he recobrado......!!!!!!!!!!!
.....
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