18 sept 2011

nuancier (muestrario)


Nos enseñan que siete son los colores del arcoiris, y cuando nos ponemos delante de la pantalla del ordenador resulta que en realidad trabajamos sobre unos pocos de millones de tonalidades distintas; también nos han malenseñado que el ser humano es poco más que blanco, negro o amarillo. 


En una apuesta por la diversidad, el artista Pierre David -que hasta hoy desconocía- va y crea una pantonera con los diferentes tonos de piel de cuarenta personas (más concretamente, trabajadores de un museo de El Salvador y los estudiantes de bellas artes de la misma localidad) fotografiando su epidermis y elaborando un particular y variopinto abanico de pieles. No contento con ello, encarga la fórmula química correspondiente a cada tono para fabricar la subsiguiente pintura acrílica, y pinta algunos muros de la exposición con los bellísimos colores resultantes, contrapuestos a las fotografías de los individuos con el torso desnudo.




El resultado es una sencilla reflexión que hace apología de la multiculturalidad y que posee una belleza indómita. Alguien podría decirnos algún día "me gusta tanto tu piel que pintaré mis paredes de ese color". Lo curioso es que el efecto puede ser maravilloso.



Más del artista: http://www.pierredavid.net/

No sería justo ocultar que he conocido esta info gracias a http://www.cuartoderecha.com/

Sería igualmente injusto atribuirme la idea de la última cita; se la debo a Evitilla, la coleccionista de ojos.

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